UNA TARDE ENTRE CUADROS
Hace unos días tuvo lugar el segundo encuentro internivelar de “Rosaleros Got Talent”. Los cuadros de un museo, se habían desvirtuado o perdido piezas, de modo que la nueva misión consistía en recomponerlos. Así, bien ataviados con nuestras capas y cinturones, ¡nos dispusimos a superar este nuevo reto!
Para ello, debíamos componer la cara de la Gioconda, que había desaparecido, montar un puzzle tras explotar unos globos y obtener las piezas que había en ellos, recuperar con unas pinzas los trocitos de un cuadro escondidos entre pan rallado y averiguar un cuadro viendo alguna parte del mismo en realidad aumentada (para esto se escaneaba la foto de un pintor una vez que se había conseguido guiar al escornabot hasta esa imagen).
Compuestos y averiguados los 4 cuadros, nos dimos cuenta que en su parte de atrás llevaban un número, pero...no podíamos ordenarlos porque el orden no era consecutivo. ¿Tendrían los compañeros que habían trabajado en las otras clases los números que faltaban? ¡Sííí! ¡Y además tenían cuadros diferentes! Cada uno de los grupos, gracias a un mapa, fue colocando sus cuatro cuadros en el lugar que le correspondía.
Una vez colocados todos los cuadros, nos juntamos todos en el hall observando que los cuatro cuadros que se encontraban expuestos allí tenían, también, una letra. Y nos fijamos que había una caja en el suelo cerrada con un candado... Ese candado tenía cuatro letras de los mismos colores que las de los cuadros, así que, ordenándolas, conseguimos abrir la caja. En la caja había mochilas, pero muy especiales, ¡con el logo de “Rosaleros Got Talent” y una para cada uno de nosotros!
¡Y, así, otro reto superado! Uno más... ¡y conseguiremos recuperar el talento del arte y obtener el triángulo para colocarlo en nuestro acelerador!
Para ello, debíamos componer la cara de la Gioconda, que había desaparecido, montar un puzzle tras explotar unos globos y obtener las piezas que había en ellos, recuperar con unas pinzas los trocitos de un cuadro escondidos entre pan rallado y averiguar un cuadro viendo alguna parte del mismo en realidad aumentada (para esto se escaneaba la foto de un pintor una vez que se había conseguido guiar al escornabot hasta esa imagen).
Compuestos y averiguados los 4 cuadros, nos dimos cuenta que en su parte de atrás llevaban un número, pero...no podíamos ordenarlos porque el orden no era consecutivo. ¿Tendrían los compañeros que habían trabajado en las otras clases los números que faltaban? ¡Sííí! ¡Y además tenían cuadros diferentes! Cada uno de los grupos, gracias a un mapa, fue colocando sus cuatro cuadros en el lugar que le correspondía.
Una vez colocados todos los cuadros, nos juntamos todos en el hall observando que los cuatro cuadros que se encontraban expuestos allí tenían, también, una letra. Y nos fijamos que había una caja en el suelo cerrada con un candado... Ese candado tenía cuatro letras de los mismos colores que las de los cuadros, así que, ordenándolas, conseguimos abrir la caja. En la caja había mochilas, pero muy especiales, ¡con el logo de “Rosaleros Got Talent” y una para cada uno de nosotros!
¡Y, así, otro reto superado! Uno más... ¡y conseguiremos recuperar el talento del arte y obtener el triángulo para colocarlo en nuestro acelerador!
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